7 de enero de 2016

Buen gusto, sobriedad, simplicidad

«El buen gusto es una precaución adoptada por el buen orden. Los escritores sobrios son el equivalente de los electores obedientes. La inspiración es sospechosa de libertad; la poesía es un poco extra-legal. Hay, pues, un arte oficial, hijo de la crítica oficial.
[...] La sobriedad en poesía es pobreza; la simplicidad es grandeza. Dar a cada cosa la cantidad de espacio que necesita, ni más ni menos, he aquí la simplicidad. Simplicidad es justicia. Toda la ley del gusto queda contenida aquí. Cada cosa en su lugar y dicha con su palabra. Bajo la única condición de que sea mantenido un cierto equilibrio latente, y conservada una cierta proporción misteriosa, la más prodigiosa complicación, bien en el estilo, bien en el conjunto, puede ser simplicidad. Sólo la alta crítica, que tiene como punto de partida el entusiasmo, penetra y comprende estas sabias leyes. La opulencia, la profusión, la irradiación resplandeciente, pueden ser simplicidad. El sol es simple.
[...] Cualquiera que sea la abundancia, cualquiera que sea el enmarañamiento, incluso cuando es turbio, confuso e inextricable, todo lo que es verdadero es simple.

Esta simplicidad, que es profunda, es la única que el arte conoce.»
Victor Hugo sobre Shakespeare en 'Manifiesto romántico'.

Recogido por Sergi Bellver en facebook.

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