29 de junio de 2011

Ella dijo: «cuando me disgusto
me da por limpiar».
Pensé que era hermoso,
tan simbólico y práctico.
Quiero intentarlo
ahora que se han ido todos.
Limpio la terraza esquivando
hojas negras de piano y lianas de contrabajo.
Riego y, justo, asoma el sol entre la maleza,
hermoso como un anuncio
de detergente.
El tambor de la lavadora, su fresco giro,
me mece, y el chillar, siempre el chillar del pájaro.
Lloro porque todo es bello como la lejía.
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